En un mundo hiperconectado, viajar por negocios ofrece oportunidades únicas para la interacción personal entre proveedores, clientes y empresas. Aunque el gasto mundial en viajes de negocios se proyecta en cifras astronómicas, los beneficios de las relaciones cara a cara son incalculables. Sin embargo, la realidad es que los viajes frecuentes pueden afectar la salud mental y física de los trabajadores. La falta de reconocimiento de los desencadenantes de este malestar impide aprovechar al máximo los beneficios comprobados de los viajes de negocios. Mitigar el estrés asociado con estos viajes requiere estrategias empresariales que prioricen el bienestar, lo que no solo beneficia a los empleados, sino que también mejora la productividad y el retorno de inversión. En resumen, una política de viajes efectiva contribuirá a la felicidad, la salud y la productividad de todos los involucrados.