Las 10 mejores islas del Mediterráneo para vacaciones de verano

Sicilia, la isla más grande del Mediterráneo, revela una sorpresa tras otra a medida que se exploran sus escarpadas costas, pueblos en lo alto de las colinas y ciudades históricas.

Su rica historia se refleja en sitios como el Valle de los Templos, las ruinas bien conservadas de 7 templos griegos monumentales de estilo dórico, y en los mosaicos bizantinos de la Capilla Palatina, una antigua capilla real en la ciudad capital de Palermo.

No solo los amantes de la playa querrán zambullirse en las acogedoras calas de arena a los pies de la elegante Taormina: los aficionados a la historia se deleitarán con la gloria del antiguo anfiteatro griego y romano que domina el mar Jónico. Y al fondo, la blanca cima del Etna, el volcán activo más alto de Europa.

Mientras la parte oriental alberga otros tesoros, Siracusa y sus antiguas ruinas griegas y el esplendor barroco de Ragusa, Noto y Modica, también podrás dirigirte al oeste, a la vibrante capital, Palermo, para degustar la mejor comida callejera de la isla.

No olvides relajarte en las playas de San Vito Lo Capo y Castellammare del Golfo.

Esta pequeña, pero estratégicamente importante nación insular del Mediterráneo, cautiva a los visitantes con su rica mezcla de historia, vibrante cultura e impresionantes paisajes.

Situado entre Europa y el norte de África, el archipiélago es famoso por sus impresionantes paisajes costeros, sus antiguas ciudades fortificadas y sus maravillas arquitectónicas, desde templos prehistóricos hasta opulentas iglesias barrocas.

Malta es un destino básico, con su capital, La Valeta, como puerto de entrada clave. Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, te encantará explorar La Valeta, pasear por sus escaleras y comer pizza bajo las luces de las terrazas.

Gracias a sus numerosos puertos y a los asentamientos que crecieron a su alrededor, la ciudad sorprende por su encanto histórico y sus imponentes fortalezas. En el centro de la isla, la ciudad fortificada de Mdina te hará viajar a través de los tiempos. Y para completar los descubrimientos históricos, es imprescindible visitar una de las llamadas Tres Ciudades. Birgu, Bormla y Senglea son antiguas ciudades portuarias fortificadas que fueron escenario de numerosas batallas navales.

Más allá de su encanto histórico, Malta cuenta con una campiña agreste y una costa con calas idílicas como la Laguna Azul de Comino.

Como recomendación top, no visites Malta sin coger un barco, pues dicen que sus aguas con las más claras y turquesas que verás nunca. Blue Lagoon, Golden Bay y Paradise Bay son algunos de los lugares de baño más populares.

La mayor de las islas griegas es el destino perfecto para los amantes de la naturaleza, la historia o la aventura.

Es una de las mejores islas mediterráneas para visitar este verano y goza de veranos secos y calurosos, con una media de 28 °C, lo que la convierte en una opción segura para los amantes del sol.

Los yacimientos arqueológicos de la antigua civilización minoica se encuentran diseminados por toda la isla. El más famoso es el Palacio de Cnosos, a pocos kilómetros de Heraklion, la capital. Mientras que fuera de lo común, en la costa oriental, se encuentran las ruinas del Palacio de Zakros.

Entre las actividades más populares, es imprescindible realizar una excursión por el desfiladero de Samaria, de 13 km de longitud. Conecta el pueblo de Omalos con la aldea costera de Agia Roumeli.

Y luego están las playas, con un impresionante número de ellas galardonadas con la codiciada Bandera Azul. No puedes perderte la idílica playa de Elafonisi, conocida por su arena rosa pastel y sus aguas cristalinas.

La oferta culinaria de la isla, especialmente su afamado aceite de oliva y sus quesos, la convierten en un destino ideal también para los amantes de la gastronomía.

No podemos dejar de incluir en nuestro listado algunas de las mejores islas de nuestro país como, en este caso, Mallorca.

La isla presenta un paisaje diverso, desde exuberantes montañas y paisajes rurales en el norte hasta la arquitectura histórica de Palma de Mallorca.

Esta belleza balear tiene más de 200 playas que explorar, incluidas las arenas blancas de Cala Llombards y Es Trenc, en la costa sur.

Quédate con lo mejor de mar y montaña combinando la playa con las espectaculares vistas de la Serra de Tramuntana en la costa oeste, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde se esconden exquisitos pueblos entre picos y valles.

Busca la bonita Valldemossa y la aguja de su cartuja o coge el tranvía de época desde el Puerto de Sóller a través de naranjos hasta el atractivo pueblo de Sóller.

Si lo que te apetece es una escapada urbana, dirígete a la capital de la isla, Palma. En pocos días podrás empaparte de una cantidad asombrosa de sol, cultura, historia y gastronomía deliciosa.

Córcega, a menudo conocida como la «Isla de la Belleza», es una isla francesa del Mediterráneo con escarpadas montañas y densos bosques, ideal tanto para los amantes de la playa como para los aventureros. Lugar de nacimiento de Napoleón Bonaparte, es rica en historia y ofrece diversas actividades, desde senderismo por el GR20, uno de los senderos más difíciles de Europa, hasta relajarse en la pintoresca ciudad costera de Bonifacio.

Conocida por la diversidad de sus paisajes, Córcega tiene montañas espectaculares y un litoral que alterna bahías resplandecientes con acantilados escarpados.

El patrimonio de Córcega es igualmente fascinante, con una mezcla única de las culturas francesa e italiana reflejada en su cocina, lengua y arquitectura.

Las ciudades históricas de Bonifacio y Calvi, con sus estructuras fortificadas y sus animados puertos, son el reflejo de una rica historia de comercio marítimo e invasiones. Además de sus parajes naturales e históricos, Córcega ofrece playas tranquilas y calas solitarias, lo que la convierte en un destino ideal tanto para relajarse como para explorar.

Esta isla del norte de África ha inspirado a personajes tan diversos como Homero y George Lucas.

Situada en el Golfo de Gabés, en el sur de Túnez, con un clima mediterráneo (con 330 días de sol al año), esta isla sin apenas relieve (el punto más alto está a 50 metros) también es conocida como «la isla de las cien mezquitas» por la cantidad de santuarios desperdigados por la isla con sus imponentes minaretes.

Parte del encanto de esta isla desértica de pueblos encalados y playas de arena blanca reside en el hecho de que fue guarida de piratas.

También es la isla más grande del norte de África, aunque apenas dista 2 km del continente.

Houmt Souk es la capital de la isla: sus casas blancas con puertas y ventanas azules, calles estrechas, zocos tradicionales, mezquitas y restaurantes esperan a ser fotografiados. Es una visita obligada.

Pero también las fantásticas playas de la isla merecen una mención especial. Fina arena blanca como talco rodeada de olas de color crema…. a lo largo de kilómetros y kilómetros de costa. Con más de 17 km de costa ininterrumpida, Sidi Mehrez es sin duda la principal atracción, mientras que otras playas destacadas son La Seguia, Sidi Yati y El Hachen.

La isla de Hvar es la más larga del Adriático. Este idílico lugar se encuentra frente a la costa Dálmata, rodeada de las rutas marítimas del Adriático y custodiada por el archipiélago de las Islas Pakleni. La costa norte es más abrupta, suavizándose al este.

Los turistas disfrutan del clima suave y soleado de la isla, ya que se jacta de ser la que más horas de sol reúne al año en todo el Adriático.

El encanto de Hvar reside en la mezcla de estilos arquitectónicos, gótico, renacentista y en el protagonismo que la aristocracia veneciana ha otorgado a este lugar.

En la ciudad de Hvar se respira el espíritu ibicenco, con animados beach clubs en el puerto y taxis que llevan a los fiesteros hasta el segundo puesto de Carpe Diem, en la pequeña isla de Marinkovac.

Para disfrutar de una de las vistas más famosas de Croacia, sigue el zigzagueante camino hasta la Fortaleza Española y tendrás el casco antiguo y el Adriático a tus pies.

Puede que sea un importante puerto de transbordadores, pero la ciudad de Stari Grad es extraordinariamente tranquila y un lugar muy atractivo para pasear, nadar y explorar las callejuelas de mármol del casco antiguo.

Si te diriges más al este, encontrarás los complejos playeros de Vrboska y Jelsa, ideales para familias.

Si quieres aprovechar para hacer alguna excursión, dirígete a las Islas Pakleni, un archipiélago formado por un grupo de pequeñas islas a las que se denominan del Infierno, ya que su costa es bastante abrupta. En esta zona es muy típico realizar deportes náuticos como el submarinismo, pesca y natación.

A caballo entre Europa y Asia, Chipre cautiva por su rica mezcla de historia, cultura y belleza natural. Griegos, romanos, bizantinos, francos, venecianos y otomanos amaban tanto Chipre que decidieron quedarse.

Conocida por sus yacimientos arqueológicos relacionados con el culto a Afrodita, sus impresionantes regiones montañosas y su vibrante vida nocturna, Chipre es un destino que lo abarca todo.

Esta variada isla es conocida por sus impresionantes playas de aguas cristalinas, escarpadas cadenas montañosas y extensos olivares.

El patrimonio cultural de Chipre es un complejo mosaico influenciado por numerosas civilizaciones, como la griega, la turca y la británica, que se refleja en sus yacimientos arqueológicos, su arquitectura y el carácter bilingüe de sus gentes.

Lugares históricos clave como los antiguos reinos de Pafos y las iglesias pintadas de las montañas de Troodos son Patrimonio Mundial de la UNESCO y ofrecen una visión del pasado histórico de la isla.

La capital dividida de la isla, Nicosia, también ofrece una experiencia única para recorrer capas de historia y cultura.

Chipre también es famosa por sus delicias culinarias, sobre todo su vino y sus tradicionales platos de mezze, lo que la convierte en un paraíso para los amantes de la buena gastronomía.

En Chipre podrás disfrutar de una escapada animada, pero relajante.

Cerdeña, una de las famosas «Zonas Azules» donde la gente vive más tiempo, es una isla italiana de ritmo lento, con una campiña salvaje y pueblos encantadores que valoran el modo de vida tradicional.

Cerdeña es una de las islas más grandes del Mediterráneo, solo superada por su vecina Sicilia, lo que la convierte en un destino perfecto para unas vacaciones de varios días.

Cerdeña consigue combinar naturaleza y actividades de forma armoniosa. La isla presume de una mezcla de playas paradisíacas bordeadas por un denso matorral mediterráneo.

Las joyas de su corona están en la costa norte, donde encontrarás calas espectaculares y aguas limpias en Santa Teresa Gallura, Aglientu y Palau.

Pero también merece la pena explorar el sur de la isla, menos visitado, aunque solo sea para pasear por su capital, Cagliari, cargada de historia. Entre un paseo por la Silla del Diablo y las vistas panorámicas desde el bastión, es fácil enamorarse de ella.

Por último, la campiña es un tesoro de tradiciones y lugares históricos. No te pierdas el yacimiento arqueológico de Su Nuraxi di Barumini, un asentamiento de la civilización nurágica declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Cogiendo el ferry desde Ibiza entrarás en un mundo diferente en cuanto desembarques en la isla joya de Formentera.

Formentera es una de las islas más pequeñas de las islas Baleares, en el mar Mediterráneo.

Si lo que tienes es ganas de descanso, esta pequeña isla balear es perfecta para relajarse en una playa de arena blanca que no tiene nada que envidiar a ninguna en el Caribe.

La isla es famosa por sus aguas transparentes y sus playas interminables con dunas y pinos. Entre las actividades disponibles se encuentran el esnórquel y la vela.

Túmbate en las arenas de Llevant, Migjorn o Illetes y vivirás una de tus vacaciones más relajantes.

Son apenas 20 kilómetros de longitud, la isla es perfecta para alquilar una bicicleta y hacer excursiones de pueblo en pueblo, incluida la capital, Sant Francesc.

Es fácil dejarse llevar por el ritmo lento de la isla, ya que el desarrollo se ha reducido al mínimo.