Viajar a un país más o menos lejano es una experiencia enriquecedora en todos los sentidos. Da igual si este viaje es por ocio o por trabajo, la posibilidad de conocer otros lugares y culturas y experimentar nuevas actividades es excitante.
Solo hay un problema. Cada vez que viajas a un país lejano, tu cuerpo parece no querer cooperar para disfrutar y aprovechar al máximo tu estancia. La diferencia horaria estropea tu ritmo circadiano (ese reloj interno de 24 horas que todos llevamos dentro) y experimentas el desfase horario.
Sientes que tu cerebro no funciona al ritmo habitual, una fatiga profunda envuelve tu cuerpo, a veces acompañado de otros síntomas físicos. No importa lo que hagas, te despiertas a las 3 de la madrugada y te pasas agotado todo el día siguiente. Y así durante de tres a cinco días seguidos.
Todo viajero de larga distancia conoce muy bien estos síntomas: es la descripción del jet lag.
Es la alteración de nuestro reloj corporal interno responsable de regular las funciones corporales como el sueño, el estado de alerta, los períodos de actividad, los ciclos metabólicos y la digestión. Lo que sucede cuando cruzas zonas horarias es que tu cuerpo, tus células y tu reloj interno general no pueden seguir el ritmo de cambio de zonas horarias. El reloj corporal interno no puede reajustarse tan rápido como el avión cruza continentes.
¿Cómo vas a disfrutar de todas las novedades que te esperan en tu destino si se te ha agotado la energía? ¿cómo se supone que vas a representar a tu empresa con éxito en reuniones y eventos cuando no eres capaz de pensar con la rapidez habitual?
Vencer el desfase horario también puede ayudar a ahorrar dinero a tu empresa. Un estudio realizado en 2016 por Kayak y Airbus reveló que el desfase horario cuesta a las empresas británicas al menos 240 millones de libras esterlinas al año debido a la pérdida de productividad y a los errores cometidos por empleados somnolientos y con desfase horario.
Según el mismo estudio, la productividad laboral de los empleados con desfase horario es de sólo el 61%.
Pero, por difícil que parezca, hay una forma de vencer el desfase horario o, al menos, minimizar sus efectos adversos.
Para los viajeros de negocios que vuelan a otro continente, aquí hay algunos consejos para combatir el desfase horario Clic para tuiteartrucos anti jet lag
Ajusta tus horarios de sueño de forma gradual
«Un cambio de zona horaria de tres horas o más es suficiente para que no estemos sincronizados con el ciclo día-noche y cause una interrupción en nuestro reloj corporal, el ritmo circadiano«, dice Alison Gardiner, cofundadora de Sleepstation.
Nuestro cuerpo tarda un día en ajustarse a una diferencia horaria de una hora, por lo que es recomendable ajustar con carácter previo nuestros horarios: una hora al día hacia la zona horaria a la que se viaja, no más de tres días antes del viaje.
Si sabes que tu destino está tres horas por detrás de tu propio huso horario, intenta dormir más tarde de lo habitual dos noches antes de su viaje.
Por ejemplo, si te vas un lunes, trata de dormir 90 minutos más tarde el sábado y otros 90 minutos más tarde el domingo.
Utiliza el vuelo para ir ajustando tus horarios
Supón que tu país de origen y tu destino tienen zonas horarias opuestas y que cuando aquí es de noche, en tu destino aún es de día.
Esto te sucederá si, por ejemplo, viajas a Los Ángeles: cuando aquí son las 10 de la noche allí será la 1 del medio día. Nosotros nos vamos a acostar y ellos hace unas horas que han comenzado su jornada.
Oblígate a permanecer despierto en el vuelo hasta las 9:00 p.m., hora de Los Ángeles, cuando allí es de noche. Luego trata de dormir de seis a ocho horas.
De esta manera, habrás comenzado a ajustar tu horario de sueño a la zona horaria de tu destino, incluso cuando todavía estás en el aire.
Evita dormir a la llegada
Este consejo es especialmente aplicable a los viajeros de negocios que llegan a su destino por la mañana o por la tarde. Trata de mantenerte fresco tomando una ducha rápida, pero evita echar una siesta, ya que podrías terminar durmiendo durante horas.
Pero si realmente tienes que hacerlo porque notas que no hay manera de mantenerte despierto hasta que sea de noche en tu destino, procura que la siesta no sea de más de 30 minutos. Para asegurarte de esto, pídele al personal del hotel que te llame a la habitación o programa una alarma en tu teléfono móvil.
Haz algo de ejercicio
Da una caminata rápida, haz algunos estiramientos para mantenerte alerta y despierto hasta la hora de acostarte en tu destino.
Puedes empezar a hacer esto en el avión levantándote y caminando por el pasillo de vez en cuando.
Por el contrario, si te resulta difícil conciliar el sueño por la noche, intenta hacer un buen ejercicio en el gimnasio del hotel o en la piscina para que tu cuerpo esté lo suficientemente cansado como para desear descansar un poco.
Evita o minimizar el consumo de cafeína y alcohol
Aunque pienses que un buen café puede ayudarte a mantenerte despierto y una copa de vino puede ayudarte a conciliar el sueño, lo cierto es que estas bebidas pueden deshidratarte y disminuir la calidad del sueño.
Si tienes que tomar café o una copa de alcohol, evita tomar demasiado. Ten en cuenta que cuando tomas una taza de café por la mañana, es probable que el 25 por ciento de ella permanezca en tu organismo por la noche, ya que la cafeína puede permanecer en el cuerpo durante 24 horas.
Además, asegúrate de mantenerte hidratado bebiendo mucha agua.
Vigila lo que comes y cuándo
La dieta juega también un papel importante en el ajuste del reloj corporal. Una vez que estés en el avión, ajusta tu reloj a la hora local en tu destino y trata de comer de acuerdo a las horas normales de comida en ese destino.
Ten en cuenta que las comidas pesadas aumentan nuestro impulso de sueño, por lo que una dieta balanceada ayuda a poner en marcha el reloj de nuestro cuerpo en los horarios de tu destino.
Ayúdate tomando algún tipo de bebida de hierbas calmante
Este es uno de los trucos más antiguos. Si no puedes quedarte dormido por la noche, tómate una manzanilla o algún otro tipo de infusión de hierbas relajante.
La infusión de manzanilla se ha utilizado para tratar el insomnio durante muchos años, ya que se sabe que tiene cualidades tranquilizantes e inductoras del sueño. Las investigaciones han demostrado que la lavanda es eficaz para acelerar el inicio del sueño y aliviar la inquietud.
Controla la exposición a la luz
Tu reloj corporal interno se ajusta a los cambios de la luz natural, así que aprovéchate de ello.
Toma un poco de sol si te sientes tentado a dormirte a media tarde. Observar una puesta de sol o salir a la calle al atardecer, ayudará a que tu glándula pineal libere melatonina (la hormona del sueño) cuando la luz se desvanezca.
Por la noche, utiliza una iluminación cálida en la habitación del hotel. Una vez que te metas en la cama, evita usar tu teléfono móvil ya que tu cuerpo puede confundir la «luz azul» de la pantalla con la luz del día. Recuerda que tu cuerpo depende en parte de las señales de luz para liberar melatonina.
Ayúdate de diferentes aplicaciones
Hay una aplicación para casi todo en estos días, incluyendo el jet lag.
Este artículo enumera diferentes aplicaciones y gadgets, desde planificadores del sueño hasta máscaras inteligentes para dormir.
Si usas una pulsera de fitness en la muñeca o un smartwach, comprueba si dispone de alguna aplicación que revise el horario y la calidad del sueño.
Viaja hacia el oste
Si estás dispuesto a cualquier cosa con tal de evitar el jet lag, viajar hacia el oeste (lo que supone alargar el día retrocediendo a través de las zonas horarias) aliviará los síntomas.
Los horarios de tus vuelos también son importantes. Necesitamos al menos 10 horas de vigilia para inducir un sueño reparador. Tener en cuenta esto en tu tiempo de vuelo para llegar después de la puesta del sol, te ayudará a ajustar el horario.