Un color diferente

Viajar siempre es un placer y una oportunidad excepcional de conocer nuevos lugares y culturas. Pero en Navidad tiene además un sabor especial.

La decoración festiva, los mercadillos que se instalan en las calles, las actividades que se organizan en torno a estas fechas e incluso las tradiciones, que no son iguales en todos los países, son solo algunos de los atractivos de conocer un lugar en Navidad.

Celébralo con quien tú quieras

La Navidad es una época para estar en familia por tradición, pero a veces prefieres pasar unos días solo, con tu pareja o tranquilamente disfrutando con algunos amigos.

No es tan raro que después de tantas reuniones familiares nos apetezca disfrutar en estas fechas de unos días en la compañía que nosotros elijamos.

Viajar representa la oportunidad de conocer nuevos lugares en Navidad en la compañía que tú quieras.

Ojo, que esto no significa que no quieras pasar la Navidad con tus seres queridos. Representa únicamente la oportunidad de pasar unos días especiales con aquellas personas que tú elijas.

Es más, irte a otra ciudad en Navidad no tiene que significar hacerlo para decirle adiós a la familia. De hecho podéis iros todos juntos de viaje. Hay destinos apetecibles para todos los públicos y, cuando hay niños, hay algunos que son especialmente emocionantes en estas fechas.

Viaja con menos aglomeraciones

Parece que la mayoría quieren irse de vacaciones en verano cuando el buen tiempo es la nota dominante.

Pero, también es muy agradable conocer determinados destinos en un ambiente diferente y, sobre todo, sin las colas y aglomeraciones que se suelen dar en los meses estivales.

Esto no significa que te vayas a encontrar solo en tu destino. Aprovechar la Navidad para viajar es una tendencia cada vez más en alza y, en según qué ciudades, tendrás que reservar tu viaje con una cierta antelación.

Vendrás cargado de recuerdos y detalles

Los recuerdos de tus vacaciones se harán aún más inolvidables en la época Navideña al unir a la emoción y diversión del viaje el componente emotivo que, sin duda, tienen estas fechas.

Y, además, es un buen momento para volver cargados de un montón de inolvidables recuerdos y regalos especiales de todo tipo.

Los mercados navideños de Europa son mágicos. Con el aroma de castañas asadas y vino caliente llenando el aire bajo luces espumosas, esta es definitivamente una experiencia que debería estar en tu lista de deseos.

Mientras que todo el continente está lleno de mercados navideños al aire libre, no hay ningún lugar que capture el espíritu de las fiestas como Austria. Desde Viena hasta Salzburgo, esta región es un destino navideño de ensueño. Los impresionantes mercados están repletos de delicias caseras y baratijas únicas.

Viajar por toda Europa y explorar Austria es muy fácil en tren desde cualquier otro país europeo. Puedes adquirir tu pase de Interrail que te permitirá maximizar tu tiempo y tu presupuesto y así aprovechar para ver tanto como sea posible.

Navidad al sol y al calor.

Deshazte del abrigo de invierno y disfruta de unas deliciosas y refrescantes caipirinhas en la playa de Copacabana durante el año Nuevo.

Con temperaturas en la tarde cercanas a los 30º, diciembre es en realidad el mes más cálido del año en Brasil, por lo que se puede tomar el sol mientras celebras la Nochebuena o despides el año que ya termina.

Río de Janeiro tiene una de las mejores celebraciones de fin de año del mundo, y los brasileños lo celebran como nadie.

Puedes ver los fuegos artificiales sobre el Atlántico Sur y, te aseguramos, que será una Nochevieja que siempre recordarás.

Perú ha sido un destino más desconocido que ha empezado a tomar fuerza en los últimos años. Viajar a Perú se ha convertido en una actividad más frecuente, tanto como destino de luna de miel como de vacaciones para descubrir el bonito país andino.

En Perú las tradiciones andinas y cristianas se entremezclan por lo que tienen muchos elementos comunes con nosotros como el tradicional pavo, la Nochebuena, las uvas o los Reyes Magos.

Pero también otras diferentes y entrañables como sus bailes folclóricos, el mercado de Santurantikuy, la lectura de las hojas de coca o el Niño Manuelito.

Además, en la costa peruana en el mes de diciembre es verano.

Con un clima más que agradable, con temperaturas alrededor de los 30º,  además de vivir las tradiciones navideñas podrás aprovechar para tomar algo de sol y darte un bañito en alguna de sus maravillosas playas.

Si quieres vivir la más pura blanca Navidad tienes que viajar a Islandia.

Allí podrás disfrutar del magnífico espectáculo de la Aurora Boreal que es más brillante y mejor durante el invierno.

Aunque es verdad que hace frío, será suficiente con que te abrigues para que este viaje valga realmente la pena.

Prepárate para disfrutar en Islandia de algunos de los paisajes y lugares de interés más sorprendentes.

Y no te puedes perder las fascinantes tradiciones navideñas islandesas: conoce a los trece Papá Noel islandeses, date un chapuzón navideño en la Laguna Azul, bebe cerveza de Navidad, come bombones rellenos, galletas de pimienta caseras, cenar carne ahumada con patatas y deliciosas guarniciones como la salsa de caramelo o visita los cementerios decorados con flores y luces.

Islandia es un gran destino durante todo el año. Desde bucear hasta escalar o dar un paseo por la isla, es la escapada ideal para los aventureros.

Descubre todo lo que puedes hacer en Islandia tanto en invierno como en verano.

Pocos lugares son tan hermosos en Navidad como Nueva York.

Si viajar a Nueva York en cualquier época del año es una experiencia excitante, si lo haces en Navidad volverás irremediablemente enamorado de la ciudad.

Las temperaturas oscilan entre cero y diez grados, así que abrígate.

Podrás ir a patinar sobre hielo en Central Park, ver el árbol de Navidad en el Rockefeller Center y, como no, hacer las últimas compras navideñas.

Por supuesto, si vas a Nueva York no querrás perderte la tradicional cuenta atrás de Nochevieja en Time’s Square, disfrutar durante toda la noche con una de las mejores luces nocturnas del planeta o divertirte en alguna de las fiestas neoyorquinas.